Por Beatriz Biolatto | Secretaria General del Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales de Córdoba (SUOEM)
A mediados de Marzo de este año, mientras se desarrollaba la mesa de negociación entre nuestro gremio y las nuevas autoridades del Departamento Ejecutivo Municipal, se decretó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio por parte del gobierno nacional a causa de la mayor pandemia en la historia de la Argentina que impacto y sigue impactando a todos los países del mundo producido por el Covid 19.
Mientras todas las trabajadoras y trabajadores estaban en sus casas intentando acomodarse a esta nueva circunstancia observando con preocupación y desconcierto lo que pasaba en el país y en el mundo, el Intendente de la ciudad, a espaldas de los trabajadores, entre gallos y medianoche, se aprovechó de esta instancia de inmovilidad social, para modificar las condiciones de trabajo del personal, cercenando de una manera infame y canallesca, los derechos de los trabajadores.
Dejaron en la calle a 120 familias, presentaron al Concejo Deliberante un proyecto de reducción de una hora de trabajo que impactaría fuertemente sobre el valor real del salario, el cual fue aprobado con el voto del sector oficialista y con la complicidad de los bloques opositores que dieron quórum, para que se aprobara la modificación de la ordenanza.
Estas y otras medidas, nos forzaron, que tanto la conducción del gremio como los empleados tuviéramos que salir a la calle, a defender nuestro salario, nuestra estabilidad laboral y nuestra fuente de trabajo. Ocho mil empleados en la calle en plena pandemia, fuimos obligados a hacer escuchar nuestra voz ante el atropello, el avasallamiento, por parte de los funcionarios que al poco tiempo de asumir pusieron de manifiesto el profundo de precio que sienten por los trabajadores y trabajadoras de esta municipalidad.
Setenta días de lucha, en la calle, reclamando, denunciando los atropellos y desenmascarando públicamente las verdaderas intenciones con las que vinieron, que no son otras que hacer desaparecer esta comuna.
Pero no bajaremos los brazos, seguiremos en la calle defendiendo nuestros derechos y el de nuestros jubilados.
La dignidad de los trabajadores no se negocia.