Por Julián Moreno, Vicepresidente de APYME
Se acerca una nueva conmemoración del 2 de septiembre, Día de la Industria Nacional, fecha que siempre hemos sostenido desde APYME (Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios) como una ocasión para reflexionar sobre la defensa de la producción y el trabajo nacional como factores clave para alcanzar el desarrollo de las Pymes y del país.
Cuando asumió el presidente Alberto Fernández, tras cuatro años de destrucción del empleo, el mercado interno y la industria nacional por parte del gobierno precedente, coincidimos en que un proceso de reconstrucción del entramado productivo nacional requería abandonar las recetas neoliberales de desregulación, apertura irrestricta, endeudamiento externo, desindustrialización y especulación que desataron una y otra vez las más graves crisis económicas y sociales en la Argentina.
En aquel momento teníamos claro que ese era el origen de la devastación que se había cobrado 25.000 Pymes, 250.000 empleos industriales y dejaba una industria sobreviviente al 50 % de su capacidad. Cuando a principios de marzo la pandemia global irrumpió con sus efectos devastadores, se interrumpió un proceso en que todos los sectores de la producción y el trabajo éramos convocados por un Estado activo a trabajar sobre la base de principios de solidaridad, equidad social y soberanía para iniciar un camino de recuperación.
Hoy, bajo esos mismos y conceptos, la prioridad es sortear con los menores daños posibles la crisis agravada por la pandemia. La inversión que se está realizando desde el Estado para salvar vidas, familias, empresas y empleos es precisamente lo opuesto del “sálvese quien pueda” de las políticas del periodo anterior. Más aún, en medio de la pandemia se logró llegar a un acuerdo favorable con los bonistas privados para no entrar en cesación de pagos como consecuencia del brutal endeudamiento externo en dólares que también dejó como herencia la anterior administración.
Estamos convencidos de que sólo profundizando este camino, el de una fuerte apuesta a la reactivación del trabajo local, la preservación y ampliación de derechos, la defensa de las Pymes y la industria nacional, el manejo de los recursos estratégicos de la Nación y las exportaciones con mayor agregado podremos volver a aspirar a la recuperación productiva y social con equidad distributiva.
Para ello no alcanza con una suma de buenas voluntades, sino que es necesario avanzar en un Pacto Social entre el Trabajo, la Producción y el Estado que impulse decididamente un proyecto de desarrollo nacional, que no pasa por bajar los costos del trabajo sino por invertir en el país y trabajar en conjunto para poner en marcha un proyecto productivo autónomo.
Estas aspiraciones sólo podrán concretarse propiciando la unidad de las Pymes y el empresariado nacional, en confluencia con todos los sectores y/ o espacios productivos y sociales afines a un proyecto nacional con equidad social, como el cooperativismo, la economía social, los profesionales, los trabajadores, las universidades y los centros de investigación e innovación tecnológica.
Por este motivo impulsamos un amplio acuerdo programático en torno del cual abordar a esa urgente construcción de unidad como punto de partida para realizar aportes concretos de medidas y propuestas en pos de una Argentina desarrollada, solidaria y soberana.