Por Dr. Luis Adrián Picon Ponce MP. 15670/3
Como trabajador hospitalario con más de 30 años de antigüedad veo con mucha preocupación el deterioro que vienen sufriendo los Hospitales Públicos en la provincia de Córdoba.
El tema a tratar no es corto, por eso me voy a referir en primer término a la drástica disminución de la planta de personal permanente en los últimos cinco años, citan fuentes gremiales una disminución aproximada de 5 mil empleados públicos hospitalarios de las dos leyes que nos rigen, la 7233 (escalafón general hospitalario) y 7625 (equipo de salud).
Son muy escasos los planteles profesionales de todas las disciplinas: medicina, odontología, bioquímica, enfermería, instrumentadoras quirúrgicas, hemoterapia, diagnóstico por imágenes, kinesiología, salud mental, farmacia, etc. También lo es el personal administrativo, de mantenimiento, recepcionistas, secretarios administrativos de consultorios, guardias, en las áreas de internación, en las oficinas de recursos humanos, archivo de historias clínicas, etc.
Ésta falta se fue dando progresivamente por jubilaciones, enfermedad o fallecimiento. Pero en los últimos años no se reponen ni siquiera los cargos jerárquicos que existen normalmente en cualquier institución, como por ejemplo los Jefes de Departamento, de Servicio, de División, de Secciones Médicas, de Enfermería, y así en todas las disciplinas ya mencionadas.
La Dirección de los Hospitales hace “encargo de funciones” a determinadas personas que gozan de su confianza que, no solo que no cobran más por el “ascenso” y el aumento de responsabilidades, sino que incluso no tienen derecho a reclamos cuando se haga efectivo dicho cargo, por el que esperan no menos de un año. Hay empleados que incluso se jubilan sin ni siquiera quedar efectivos esos cargos.
Con la pandemia de Covid-19 siguió disminuyendo el plantel de empleados que padecían diversas dolencias médicas que les impiden seguir concurriendo y tampoco fueron cubiertos por suplentes o contratados, lo que incrementó notoriamente el trabajo de los pocos empleados que siguen trabajando. La respuesta oficial a éste problema es que el nuevo personal a contratar es únicamente para los Hospitales que atienden pacientes con Coronavirus.
Otro grave problema que padece el personal hospitalario son los bajos salarios. La mayoría por debajo o cercanos a la línea actual de la pobreza. Ni siquiera en plena pandemia el Gobierno Provincial se ha propuesto dignificar a quienes están en la primera línea de fuego contra el enemigo viral, más aún considerando el significativo número de enfermos y muertos que contamos entre nuestros compañeros.
Para vivir dignamente los profesionales, administrativos y de otros rubros, necesitan recurrir a múltiples trabajos privados, la mayoría también mal pagos.
Todo lo antes mencionado deteriora enormemente la calidad de vida y la salud psico-física de las y los trabajadores de la salud. Por eso pedimos que se cubran todas las vacantes necesarias en los Hospitales Públicos Provinciales, que se respeten las leyes que contemplan los concursos, la movilidad y la carrera hospitalaria, y salarios dignos acordes a nuestra calificación y responsabilidades que asumimos.