
Por Eduardo Fernández | Diputado Nacional por Córdoba | Frente de Todos
Presidente del Partido Solidario Córdoba
El ataque contra Cristina Fernández de Kirchner es un ataque contra la democracia. En Córdoba aún aguardamos el repudio del Gobernador Juan Schiaretti a las maniobras orquestadas por sectores del poder judicial. Es fundamental defender la democracia.
Durante los últimos días pudimos observar el avance de sectores del poder judicial contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a partir una serie de maniobras con la complicidad del aparato mediático que responde a la derecha neoliberal del país.
Las movilizaciones en todo el país en defensa de la democracia, y en particular con la consigna planteada sobre el insostenible proceso judicial que se inició contra Cristina, son una muestra clara de que el pueblo no permitirá nuevas maniobras que atenten contra nuestros derechos.
Sin querer profundizar demasiado en el proceso y lo endeble de los argumentos jurídicos, algo sobre lo que la Vicepresidenta ya se expresó con gran claridad, alerta la modalidad que vienen utilizando.
El Lawfare, las acciones que vienen llevando adelante sectores del poder en toda la región contra dirigentes populares, se construye con jueces cómplices y con los medios de comunicación operando, para justificar cualquier acto que atente contra las instituciones y la división de poderes.
¿Y en Córdoba qué decimos?
Es un deber de todos los partidos políticos, pronunciarse contra este ataque a la democracia, como ya lo hicimos los integrantes del Frente de Todos. No se puede aceptar que ir a elecciones, ganarlas, y constituirse como Gobierno, sea considerado una asociación ilícita. Caso contrario, estamos yendo en contra del espíritu mismo de las organizaciones partidarias. ¿Quién defiende a la democracia si no lo hacemos los partidos?
En el radicalismo es difícil encontrar a dirigentes que condenen este tipo de accionar, principalmente porque quedaron encorsetados en una alianza de derecha que celebra este avance contra la democracia en nombre de la “República”. No se encuentra un discurso más contradictorio y cínico.
El problema se vuelve más profundo cuando el discurso avanza sobre sectores del peronismo, y me refiero específicamente al Justicialismo cordobés, dominado hoy por el proyecto que Juan Schiaretti decidió llamar Hacemos por Córdoba.
Es inconcebible que en nuestra Provincia no haya expresiones de parte de un partido cuyos fundamentos son nacionales y populares que, justamente, y tal como dijo Cristina, es el principal apuntado por este tipo de maniobras desestabilizadoras.
No entenderse dentro de la base estructural del movimiento popular que hoy gobierna nuestro país, y que integra un bloque regional en Latinoamérica, es preocupante. Peor aún, pensar que todo vale.
Pero no sólo es importante el qué decimos, sino también el qué hacemos. En ese marco, vale recordar que en los últimos días hemos vivido una persecución policial y judicial a militantes ambientales en Córdoba, a los que no se les permite la libre expresión y el reclamo frente a las políticas del gobierno de Hacemos por Córdoba.
Incluso, hemos visto la detención de un periodista en una manifestación contra la Autovía de Punilla. Está claro que hay modelos que sin represión no cierran. Hay que acabar con la criminalización de la protesta, y con la utilización del poder judicial para disciplinar a dirigentes y militantes del campo popular. La democracia está en riesgo y hay que defenderla.
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