Cambiar el paradigma

Por Eduardo Fernández | Diputado Nacional por Córdoba | Frente de Todos
Presidente del Partido Solidario Córdoba

Hace algunos días se conocieron los datos oficiales sobre pobreza y desocupación en el Gran Córdoba. El modelo Schiarettista sigue profundizando la desigualdad. Hay que construir un proyecto inclusivo que proponga un cambio de paradigma.

Los datos sobre pobreza y marginalidad, y sobre desocupación y subocupación en el Gran Córdoba siguen alarmando. La tendencia se afianza y el conglomerado cordobés sigue siendo la región con mayor índice de pobreza y desocupación del país.
En este sentido, nos preguntamos: ¿Cómo se explican los altos índices de pobreza y marginalidad en el centro urbano más importante de una Provincia tan rica como Córdoba?
Junto al equipo económico que me acompaña, presentaremos en los próximos días un informe sobre la situación de la producción y el trabajo en Córdoba, donde se explica parte de esta crisis que vive la Provincia.
Obviamente el problema es multicausal, pero se centra principalmente en el modelo que viene ejecutando desde hace más de dos décadas Hacemos por Córdoba, alianza fundada bajo el nombre de Unión por Córdoba.
Uno de los ejes que hay que tener en cuenta, está vinculado a la caída en los últimos años en sectores con una fuerte participación en el mercado laboral, como la industria manufacturera, la construcción, el comercio y el turismo.
El problema es cómo actúa el Estado frente a esta situación.

Golpe al trabajo
Uno de los mayores reclamos que planteamos los sectores pymes durante la crisis del macrismo, fue la destrucción del mercado interno. La pérdida de poder adquisitivo en la ciudadanía, hizo que se disminuyera la capacidad de compra y por ende cayeron las ventas.
En Córdoba, no sólo hay más pobreza, lo que repercute de manera más fuerte en el mercado interno, sino que se decidió desfinanciar los programas estatales para pymes.
En este marco, desde hace años se resienten las partidas destinadas a programas específicos industriales o pymes, donde por ejemplo el ajuste para 2022 en el presupuesto provincial es del 17 por ciento en términos reales, en comparación con el del año pasado.
A estos datos hay que sumarle el “costo Córdoba”, por el que todas y todos pagamos los servicios más caros del país, pero que en lo particular encarecen la producción.
Estos son algunas de las variables que inciden en el problema de la producción en Córdoba, que ha causado que la industria manufacturera sea la que más puestos de trabajo registrados ha perdido desde 2015.
Esto en relación al triste ranking de Schiaretti, que comanda una gestión que tiene 26 mil empleos registrados menos en diversos rubros desde su asunción.

Desafíos
Para dimensionar la situación, tomamos el caso de las pymes, la industria, el comercio o el turismo, pero hay muchas más variables que explican la responsabilidad del Gobierno provincial en la crisis cordobesa.
Esto es parte de un modelo político que ha profundizado las desigualdades, que ha beneficiado a los sectores concentrados de la economía mediterránea, y que ha sumido a gran parte de la población en la pobreza y la marginalidad.
Está claro que un proyecto popular en Córdoba tiene como desafío construir una propuesta que se base principalmente en la generación de puestos de trabajo, en la apuesta a la industria manufacturera, y la diversificación de la matriz productiva.
Los fuertes reclamos territoriales por el acceso a derechos, el estado de alerta de gran parte del movimiento trabajador organizado, el reclamo de los sectores vinculados a la producción, y la demanda de un Estado con mayor presencia en Salud y Educación son los puntos que deben movilizarnos.
Este año será clave en la construcción de un proyecto que piense Córdoba para transformarnos en una opción electoral que se proponga cambiar el paradigma dominante y construir así un cordobesismo popular al servicio de la ciudadanía.